Cada 31 de agosto se conmemora a San Ramón Nonato, el santo patrono de las embarazadas y para pedir un buen parto.
San Ramón nació cerca de Barcelona, España en el año 1200. Fue hijo de una familia noble de Portell y fue apodado como «non natus» o no nacido, debido a que su madre murió en el parto antes de que su hijo pudiera salir de su vientre.
Ramón ingresó a la orden de los Mercedarios, la cual acababa de ser fundada por San Pedro Nolasco y pronto prosperó en ella.
Al paso de un parde años sucedió a San Pedro Nolasco en el cargo de «redentor o rescatador de cautivos».
San Ramón fue enviado a Argel, al norte de África con una considerable suma de dinero para rescatar esclavos. Cuando se le acabó el dinero, Ramón se ofreció a cambio de los rehenes y aunque al inicio era tratado con crueldad, se le trató más humanamente ante el miedo de que muriera y no se pudiera cobrar rescate por él.
El santo no dejó de predicar el evangelio e incluso llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos.
Al saberlo, el gobernador le condenó a morir, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación.
San Ramón no se intimido y siguió ayudando a quienes se encontraban en peligro pese a que predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte.
El gobernador de Argel, molesto por su osadía ordenó que se azotase al santo en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente.
Mandó ponerle en la boca un candado para que no predicara, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas.
Así vivió San Ramón ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar algunos miembros de su orden a rescatarle.
A su vuelta a España, en 1239, fue nombrado cardenal por Gregorio IX, pero permaneció tan indiferente a ese honor que no había buscado, que no cambió ni sus vestidos, ni su pobre celda del convento de Barcelona, ni su manera de vivir.
El propio Papa lo llamó más tarde a Roma y San Ramón acudió al llamado, pero sólo llegó a Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, donde fue sorprendido por una violenta fiebre que le causó la muerte.
El santo tenía alrededor de treinta y seis años cuando murió el 31 de agosto de 1240, tras su muerte, Cardona se transformó en un lugar de peregrinaje y oración.
Hoy pedimos especialmente por todas las mamás que están embarazadas y por sus bebés por nacer ¡San ramón Nonanto, ruega por ellos!🙌🤰🏻👶🏻