Nuestros Patronos
San Juan Bautista
Juan Bautista, era el primo de Jesús, el hijo de Isabel y Zacarías. El ángel Gabriel, cuando anunció a María el nacimiento de Jesús, también le dijo que su prima Isabel estaba embarazada (cf. Lc 1,36) y María partió prontamente a visitar a Isabel, para ayudarla con el embarazo y el parto. Juan conoció a Jesús cuando cada uno estaba en la panza de su respectiva mamá, ya que, cuando María entró en la casa de Isabel, el niño que estaba en su vientre saltó de alegría.
Juan, desde su concepción, fue un motivo de alegría para todos. El Señor lo eligió para ser el profeta del Altísimo, para ir delante del Señor preparando sus caminos y dando testimonio de salvación (cf. Lc 1,76).
Cuando creció, Juan se fue al desierto para entregar su vida a Dios: vivía entre las arenas y las rocas, se vestía con piel de camello y con un cinturón de cuero, se alimentaba de langostas y de miel silvestre.
Era sincero y valiente y, cuando predicaba, invitaba a todos a convertirse y los bautizaba en las aguas del río Jordán, por eso era llamado «el Bautista».
Es el último de los profetas y el más grande de todos.
Tenía muchos seguidores, y todos los que lo escuchaban, quedaban conmovidos por la verdad de sus palabras.
Después de bautizar a Jesús, fue encarcelado por el rey Herodes, quien lo mandó decapitar. Juan Bautista conoció el martirio por anunciar la verdad y denunciar el pecado. Juan el Bautista vivió plenamente como amigo de Dios en el silencio y en el servicio, en la entrega y en la esperanza, en el amor y el anuncio. Jesús mismo nos dijo: «Les aseguro que no hay ningún hombre más grande que Juan y, sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él». (cf. Lc 7,28).
¡Ojalá que la luz de Jesús brille en nosotros con el mismo resplandor que brilló en Juan el Bautista, el Precursor!
Fuente: paulinas.org.ar
San Clemente
San Clemente fue el tercer sucesor de San Pedro (después de Lino y Cleto) y gobernó a la Iglesia desde el año 93 hasta el 101.
El año 96 escribió una carta a Los Corintios, que es el documento Papal más antiguo que se conoce (Después de las cartas de San Pedro).
En esa carta da muy hermosos consejos, y recomienda obedecer siempre al Pontífice de Roma (Entre otras cosas dice: «el que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y no una conquista nuestra»).
Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al sur de Rusia) y condenado a trabajos forzados a picar piedra con otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían: «Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo».
San Ireneo (que vivió en el siglo segundo) dice que Clemente vio a los santos apóstoles Pedro y Pablo y trató con ellos.
Las Actas antiguas añaden que allá en Crimea convirtió a muchísimos paganos y los bautizó. Los obreros de la mina de mármol sufrían mucho por la sed, porque la fuente de agua más cercana estaba a diez kilómetros de distancia. El santo oró con fe y apareció allí muy cerca una fuete de agua cristalina. Esto le dio más fama de santidad y le permitió conseguir muchas conversiones más.
Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo que no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello un hierro pesadísimo. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla.
San Cirilo y San Metodio llevaron a Roma en el año 860 los restos de San Clemente, los cuales fueron recibidos con gran solemnidad en la Ciudad Eterna, y allá se conservan.
Aciprensa.com
Nuestra Señora del Rosario
Patrona de Cuyo y de la Arquidiócesis
Según la historia, apareció en julio de 1200, a Domingo de Guzmán, en una capilla con un rosario en las manos, al cual le enseñó a rezar y le dijo que lo predicara entre los hombres. Además, le ofreció diferentes promesas referidas al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen María. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a esta advocación.
En el siglo xv, la devoción al rosario había decaído. Alano de Rupe declaró que la Virgen se le apareció y le pidió que reviviera su devoción y que recogiera en un libro todos los milagros del rosario; le recordó además las promesas que siglos atrás había dado a santo Domingo.
En el siglo xvi, san Pío V instauró su conmemoración litúrgica el 7 de octubre, aniversario de la victoria en la Batalla de Lepanto, en la que las fuerzas cristianas derrotaron a los turcos que estaban invadiendo Europa (atribuida a la Virgen), denominándola Nuestra Señora de las Victorias; además, agregó a la letanía de la Virgen el título de «Auxilio de los Cristianos». Su sucesor, Gregorio XIII, cambió el nombre de su festividad al de Nuestra Señora del Rosario.2 La victoria en la batalla de Temesvar en 1716, atribuida por Clemente XI a su imagen, dio lugar a que el papa ordenara que su fiesta se celebrase por la Iglesia universal. León XIII, cuya devoción por esta advocación hizo que fuera llamado el Papa del Rosario, escribió nueve encíclicas referentes al rosario, y consagró el mes de octubre al rosario, incluyendo el título de «Reina de Santísimo Rosario» en la letanía de la Virgen.
Como advocaciones, tanto la Virgen de Lourdes en su aparición de 1858, como la de Fátima en 1917 pidieron a sus videntes que rezasen el rosario. Gran parte de los papas del siglo xx fueron muy devotos de esta advocación; Juan Pablo II manifestó en 1978 que el rosario era su oración preferida4 y el papa Francisco reconoció en 2016 que era la oración que acompañaba su vida.
fuente: Wikipedia
San Pantaleón
Médico nacido en Nikomedia (actual Turquía). Fue decapitado por profesar su fe católica en la persecución del emperador romano Diocleciano, el 27 de julio del 305.
Lo que se sabe de San Pantaleón procede de un antiguo manuscrito del siglo VI que está en el Museo Británico. Pantaleón era hijo de un pagano llamado Eubula y de madre cristiana. Formado por el maestro Euphrosino, el médico mas notable del imperio, fue médico del emperador Galerio Maximiano en Nicomedia.
Conoció la fe pero se dejó llevar por el mundo. Un buen cristiano llamado Hermolaos le abrió los ojos, exhortándole a que conociera “la curación proveniente de lo más Alto”, le llevó al seno de la Iglesia. A partir de entonces entregó su ciencia al servicio de Cristo, sirviendo a sus pacientes en nombre del Señor.
En el año 303, empezó la persecución de Diocleciano en Nikomedia. Pantaleón regaló todo lo que tenía a los pobres. Algunos médicos por envidia, lo delataron a las autoridades. Fue arrestado junto con Hermolaos y otros dos cristianos. El emperador, que quería salvarlo en secreto, le dijo que apostatara, pero Pantaleón se negó e inmediatamente curó milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de la fe. Los cuatro fueron condenados a ser decapitados.
San Pantaleón murió mártir a la edad de 29 años el 27 de julio del 304. Murió por la fe que un día había negado. Como San Pedro y San Pablo, tuvo la oportunidad de reparar y manifestarle al Señor su amor.
Fuente: Radiomaria.org.ar
Nuestra Señora de Tulum
Por esa razón se cree que el Monseñor Audino Rodríguez y Olmo para minimizar las creencias populares de fatalidad, consagra al corazón de María, el Valle de Tulum y su población, siendo hoy una de las mejores muestra de las devociones marianas en la provincia.
Así es que por el terremoto de 1944 Monseñor Audino Rodríguez y Olmo ante la necesidad de poner a la ciudad de San Juan bajo la protección de Maria, emite una circular o exhortación apostólica donde consagra que toda la ciudad de San Juan y el Valle de Tulum, que incluye a todos los departamentos quedan bajo la protección de María inmaculada o el corazón inmaculado de María. Allí comienza la historia. El 25 de Mayo de 1949 con todo el pueblo en ruinas a sus pies ;decreta que todos los fieles serán devotos de María inmaculada o corazón inmaculado de María y bajo la protección de ella estará el valle con la denominación de Nuestra Señora de Tulum.
Años después, el 9 de octubre de 1949 se bendice la primera imagen de la Virgen de Tulum, que para el 2009 se cumplirán 60 años de de la bendición de la imagen de Nuestra Señora de Tulum.
La imagen es similar al corazón inmaculado de María auxiliadora. Es la imagen de María santísima con el niño Jesús en sus brazos. La Madre y el niño han fijado sus ojos de compasión sobre la ciudad destruida colocada en un plano inferior y sobre la ciudad suplicante que ocupa el plano medio. El templo que aparece con una torre derribada, recuerda las líneas de la catedral que existió antes del terremoto. En el grupo suplicante aparece población de diferentes edades. El pueblo Sanjuanino ha dado el nombre de Nuestra Señora de Tulum, por haber sido el Valle de Tulum en donde se hizo sentir la violencia del terremoto. Antiguamente se llamo también valle de las tumanas.
Así es que el Monseñor Audino Rodríguez y Olmo el 22 de agosto de 1966 lleva una imagen de Nuestra Señora de Tulum a la villa carolina, en ese momento la capilla estaba construida con chapa y techo de caña y barro. Era un salón de 3 por 9 metros ubicado en la calle San Francisco del Monte y Patricias Sanjuanina. Fue asistida por el Colegio Don Bosco durante once años. Luego pasa a la Parroquia de Trinidad, luego a la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima, pasando después nuevamente a la Parroquia de Trinidad.
En el año 1974, la capilla se traslada al nuevo terreno en la Calle Estados Unidos y Vicente López y Planes, en un comienzo era construcción precaria mas adelante el señor Juan García, Ministro de la Eucaristía diseña un altar y mientras se construye, las misas se celebran en su domicilio.
En abril de 1989 es nombrada Vice Parroquia y un año después en 1990 es nombrada Parroquia.
Fuente: El Testimonio Oral: teoria y practica hitos y procesos en la historia contemporanea de San Juan 1944- 1977