El grupo de la Vida Consagrada de la Arquidiócesis de San Juan se ha reunido en Asamblea para participar en la primera etapa de escucha y preparación del 3er Sínodo de la Iglesia de San Juan. El encuentro fue en el Hogar que atienden las hermanas de
La Asamblea comenzó con un espacio de adoración eucarística e invocación al Espíritu Santo, siendo conscientes de que es el Espíritu Santo el promotor y el agente principal de la evangelización por quien hay que dejarse guiar.
En esta primera etapa que está centrada en la “escucha”, el grupo de consagrados/as, se reunió por comunidades de discernimiento y pudo saborear y gustar la conversación en el Espíritu en sus tres pasos: la capacidad de escucha hacia uno mismo siendo sensibles a las mociones interiores, la escucha en el otro cuando habla desde el corazón y la escucha de la misma comunidad. Uno se pregunta: ¿Qué se escuchaba? Fue como una suave brisa, el Espíritu iba susurrando los desafíos actuales más importantes para la Iglesia que camina en San Juan. A continuación se manifestaron en el plenario indicando los desafíos más importantes.
Concluimos la Asamblea con la celebración de la Eucaristía que presidió el obispo auxiliar Mons. Gustavo Larrazábal CMF, quien nos acompañó desde el comienzo. Recordamos en la celebración los 40 años de presencia de dos familias religiosas: Las Hermanas de San Francisco de Sales y las Hermanas del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado.
Desde la sensibilidad de hombres y mujeres consagrados que viven y acompañan distintas realidades, queremos hacer presente el valor y la riqueza de nuestros carismas en esta Iglesia que peregrina en San Juan para acompañar a un pueblo que camina, anuncia y sirve.